Recordar con Más Amor que Dolor: El Camino Hacia una Memoria Sanadora
- Psicólogo Vidal

- 17 nov
- 1 Min. de lectura

El duelo no se trata de olvidar. Se trata de transformar la forma en que llevamos a quien ya no está físicamente con nosotros. En mis años acompañando a personas en su proceso de pérdida, he observado un momento crucial: cuando los recuerdos dejan de ser únicamente fuente de sufrimiento y comienzan a convertirse en un puente de amor.
Al principio, cada fotografía, cada canción, cada lugar compartido puede sentirse como un golpe al corazón. Es natural. El dolor es proporcional al amor que sentimos. Sin embargo, con el tiempo y el trabajo consciente, es posible llegar a un punto donde esos mismos recuerdos nos conecten con la gratitud por haber compartido momentos invaluables.
¿Cómo llegamos ahí? No existe una fórmula mágica, pero sí un proceso respetuoso con tu propio ritmo. Primero, date permiso de sentir el dolor sin juzgarte. Luego, cuando estés listo, comienza a recordar no solo la ausencia, sino la presencia que hubo. Los momentos de risa, las lecciones aprendidas, el amor compartido.
La terapia breve centrada en soluciones nos enseña algo poderoso: enfocarnos en lo que queremos construir, no solo en lo que hemos perdido. ¿Qué tipo de relación quieres tener ahora con tu ser querido? ¿Cómo quieres honrar su memoria en tu vida cotidiana?
Recordar con más amor que dolor no significa que el dolor desaparezca por completo. Significa que el amor se hace más grande, más presente, más luminoso. Y en ese espacio, encuentras que tu ser querido sigue vivo en ti, en tu forma de amar, de actuar, de ser.








Comentarios