
"El duelo no tiene un tiempo exacto ni una forma única de vivirse. Cada persona lo siente a su manera, y a veces la soledad y la confusión pueden pesar demasiado.
A través de la consejería tanatológica encontrarás un espacio seguro y libre de juicios, donde podrás hablar, llorar, recordar y aprender a resignificar tu pérdida. No estás solo en este camino."
¿Por qué iniciar este proceso?
¿Qué encontrarás en cada sesión?
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Escucha profunda y acompañamiento compasivo
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Conocimiento de las etapas del duelo y cómo afrontarlas
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Herramientas para integrar la pérdida y transformar el dolor
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Ejercicios de resignificación: aprender a transformar la ausencia física en un recuerdo con amor y gratitud.
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Recursos prácticos para manejar el dolor en el día a día (ejercicios de escritura terapéutica, técnicas de relajación).
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Técnicas de regulación emocional para reducir ansiedad, tristeza y soledad.
Tipos de duelos que acompaño
- Duelo por fallecimiento de un ser querido
- Duelo por separación o divorcio
- Duelo anticipado (enfermedad terminal de un familiar)
- Duelo gestacional o perinatal
- Duelo por mascota
- Duelo por orientación sexual (comunidad LGBT)
- Duelo por pérdida de trabajo, proyecto o sentido de vida
- Duelo migratorio (pérdida de entorno, pertenencias, cultura)
Beneficios del acompañamiento tanatológico:
- Poner en palabras lo que duele cuando el entorno no sabe cómo acompañarte.
- Evitar bloqueos emocionales que pueden convertirse en ansiedad, insomnio o culpa prolongada.
- Diferenciar el duelo saludable del duelo complicado, con una guía profesional clara.
- Encontrar sentido después de una pérdida profunda, sin invalidar el dolor.
- Reconectar con la vida, con tus vínculos y contigo mismo/a, a tu ritmo.
- Explorar formas simbólicas y personales de despedida, que honren tu proceso.
- Aprender a convivir con la ausencia, sin dejar que defina tu identidad.
- Validar tu experiencia, sea reciente o antigua, sea una pérdida humana o simbólica.
- Contener emociones como rabia, miedo, culpa o vacío, sin tener que reprimirlas.
- Tener un espacio para ti, donde no necesitas ser fuerte, productivo o entenderlo todo.







